jueves, 17 de junio de 2010

El perro escandaloso

Caminaba casi saltando, corriendo fuerte hacia ese animal indefenso, llevava en las manos un cuchillo aun mas afilado que sus dientes, en tanto de esto la presa corría, hasta donde le daban sus frágiles patas por asi llamarlas. Ahora con la boca totalmente abierta, llena de saliva y de ira, caminaba lentamente con esos ojos enfurceidos, esos volcanes rojos que tenía justo debajo de su frente roja y arrugada. Miraba de lleno a la presa, que arrinconada lloraba bajito entre sus manos, su pelo a estas alturas ya muy sucio y revuelto, como su corazón y su sensación de ya nunca más.